Antecedentes: El carcinoma papilar de tiroides (CPT) es el tumor endocrino más común. Los inhibidores de la tirosina quinasa (ITK), entre ellos el sorafenib y el lenvatinib, han sido los primeros aprobados como terapias estándar para el CPT metastásico o en progresión. Sin embargo, se ha observado que algunos ITK pueden convertirse en aliados importantes para el tratamiento neoadyuvante de tumores locorregionalmente avanzados, revirtiendo su irresecabilidad y favoreciendo el manejo quirúrgico posterior, junto con la administración de yodo radiactivo.
Métodos: Reporte de un caso de una mujer de 67 años con CPT avanzado con compromiso ganglionar locorregional y efecto compresivo de tráquea y esófago, además, compromiso metastásico pulmonar, que recibió manejo inicial con tiroidectomía parcial (istmectomía) y radioterapia, posteriormente neoadyuvancia con ITK, en el tiempo evaluando su impacto en la resecabilidad y estabilidad tumoral.
Resultados: Posterior a 12 meses de tratamiento con dabrafenib paciente logra estabilidad tumoral, por lo que se consideró viable la administración de I-131 como terapia complementaria.
Conclusión: Los ITK están emergiendo como una opción neoadyuvante en tumores inicialmente irresecables, con el objetivo de estabilizar la enfermedad, reducir la carga tumoral y favorecer su posterior resecabilidad, así como el uso de terapias complementarias.