La epilepsia catamenial, es una forma de epilepsia que se caracteriza por un aumento en la frecuencia y gravedad de las crisis durante fases específicas del ciclo menstrual femenino. Afecta al 42.9% de las mujeres con epilepsia, con variabilidad en su presentación y frecuencia. Su diagnóstico se basa en la observación de patrones cíclicos en las crisis a lo largo de al menos 3 ciclos menstruales.

Los cambios hormonales durante el ciclo, como los niveles fluctuantes de estrógenos y progesterona, influyen en la excitabilidad neuronal. La progesterona tiene un efecto neuroinhibitorio, mientras que los estrógenos aumentan la excitabilidad neuronal. Estos factores pueden desencadenar crisis epilépticas, especialmente en la fase premenstrual y ovulatoria.

El diagnóstico se realiza a través de la historia clínica, el seguimiento del ciclo menstrual y el patrón de crisis, utilizando herramientas como el calendario de convulsiones y la medición de hormonas. El tratamiento convencional incluye optimización de los anticonvulsivantes, incluyendo aquellos como la lamotrigina y la acetazolamida, pero también se consideran opciones hormonales y no hormonales, con resultados variables.

El tratamiento hormonal cíclico, basado en la administración de progesterona, ha mostrado efectos positivos en algunos casos, aunque la evidencia sobre su eficacia es limitada. Además, el reemplazo de neuroesteroides y otros enfoques como la dieta cetogénica pueden ser útiles en pacientes resistentes.

Hay pocos estudios sobre la evidencia de manejo con los nuevos progestágenos, por lo cual se presentan 3 casos en los que se evidencia la historia natural de la enfermedad y se obtuvo respuesta en la disminución de intensidad o frecuencia de las crisis convulsivas, con la administración de dienogest o drospirenona. 

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